Qué es la artrosis de rodilla y cuáles son los factores de riesgo

artrosis de rodilla

Seguro que has oído a hablar de artrosis de rodilla muchísimas veces, pero es posible que no tengas claro de qué se trata esta patología. Es por ello que en el post de hoy queremos contarte en detalle qué es la artrosis de rodilla, cuáles son los factores de riesgo asociados y cómo tratarla.

 

¿Qué es la artrosis de rodilla?

La artrosis de rodilla es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta la rodilla.

¿Pero qué le pasa exactamente a nuestra rodilla cuando padecemos artrosis?

Esta afección se caracteriza por el desgaste del cartílago que recubre las superficies de los huesos en la articulación de la rodilla. El cartílago es un tejido que actúa como amortiguador y permite un movimiento suave de la articulación, por lo que, cuando se deteriora, los huesos pueden rozar directamente entre sí.

 

¿Cuáles son los síntomas de la artrosis de rodilla?

Los síntomas de la artrosis de rodilla pueden variar mucho de una persona a otra, y suelen empeorar a medida que la enfermedad progresa. Algunos de los síntomas más comunes son:

  • Dolor: el dolor en la rodilla es el síntoma más característico de la artrosis, y puede ser leve al principio y empeorar gradualmente. El dolor suele ser más intenso después de actividades que involucran carga o movimiento de la rodilla, como caminar, subir escaleras o estar de pie durante mucho tiempo.
  • Rigidez: las personas con artrosis de rodilla a menudo experimentan rigidez en la articulación, especialmente después de periodos de inactividad prolongados, como al levantarse por la mañana o después de estar sentado durante un tiempo. Esta rigidez puede mejorar con el movimiento.
  • Inflamación: la rodilla puede inflamarse, lo que se manifiesta como hinchazón, calor y enrojecimiento en la zona afectada. La inflamación puede empeorar el dolor y la rigidez.
  • Crepitación: puedes sentir o escuchar un sonido crujiente o de rechinamiento al mover la rodilla. Esto se debe al roce de los huesos debido al deterioro del cartílago.
  • Debilidad muscular: la pérdida de fuerza en los músculos que rodean la rodilla es común en personas con artrosis. Esto puede llevar a una mayor inestabilidad de la articulación.

 

Es importante tener en cuenta que los síntomas de la artrosis pueden variar según el grado de daño de la articulación. En etapas iniciales, es posible que solo sientas molestias ocasionales, mientras que en etapas más avanzadas, los síntomas pueden ser más graves y persistentes.

Si experimentas estos síntomas (o alguno de ellos) es fundamental que consultes a un médico para obtener un diagnóstico y recibir orientación sobre el tratamiento y manejo de la enfermedad.

Pero… ¿Es evitable esta patología? ¿qué es lo que causa artrosis de rodilla? Pasemos a verlo.

 

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Causas de la artrosis de rodilla: factores de riesgo

La artrosis de rodilla puede ser causada por una combinación de factores genéticos, biomecánicos y ambientales. Estas son algunas de las causas más importantes de la artrosis:

  • Edad: el envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo para la artrosis de rodilla. A medida que envejecemos, el cartílago que recubre las superficies articulares de la rodilla tiende a desgastarse naturalmente con el tiempo. Esto puede llevar al desarrollo de la artrosis en personas mayores.
  • Factores genéticos: existe una predisposición genética a la artrosis de rodilla. Si tienes antecedentes familiares de la enfermedad, es posible que tengas un mayor riesgo de desarrollarla. Los genes pueden influir en la estructura y la calidad del cartílago, así como en la respuesta del cuerpo a las lesiones articulares.
  • Lesiones y traumatismos: lesiones previas en la rodilla, como fracturas, esguinces, desgarros de ligamentos o cirugías, pueden aumentar significativamente el riesgo de desarrollar artrosis de rodilla en el futuro. Las lesiones articulares pueden causar daño al cartílago y desencadenar procesos degenerativos.
  • Sobrepeso y obesidad: el exceso de peso corporal ejerce una presión adicional sobre las articulaciones de carga, como las rodillas. Esta presión constante puede acelerar el desgaste del cartílago y aumentar el riesgo de artrosis. La obesidad es un factor de riesgo importante para desarrollar artrosis de rodilla.
  • Malformaciones y anomalías congénitas: las personas que nacen con malformaciones en la estructura de la rodilla, como piernas arqueadas o desiguales, pueden estar en mayor riesgo de desarrollar artrosis.
  • Actividad física inadecuada: La falta de actividad física regular y el debilitamiento de los músculos que rodean la rodilla pueden llevar a una alineación deficiente de la articulación y un mayor riesgo de artrosis.
  • Actividades laborales o deportivas: ocupaciones que involucran movimientos repetitivos de rodilla o estar de pie durante largos períodos pueden aumentar el riesgo de artrosis. Del mismo modo, ciertos deportes que ejercen una carga excesiva sobre la rodilla pueden contribuir al desgaste del cartílago.

 

Es importante tener en cuenta que, si bien estos son factores de riesgo conocidos para la artrosis de rodilla, no todos los individuos con uno o más de estos factores desarrollarán la enfermedad. La artrosis es una afección multifactorial, y la interacción de estos factores puede variar de persona a persona.

 

¿Cómo tratar la artrosis de rodilla?

El tratamiento de la artrosis de rodilla se centra en aliviar el dolor, mejorar la función articular y ralentizar la progresión de la enfermedad. El enfoque del tratamiento puede variar según la gravedad de la artrosis y las necesidades individuales del paciente.

 

  • Manejo del dolor y medicamentos: se usan analgésicos, antiinflamatorios o medicamentos tópicos para ayudar a gestionar el dolor.
  • Fisioterapia: un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios específicos para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla, mejorar la movilidad y reducir el dolor.
  • Terapia ocupacional: un terapeuta ocupacional puede enseñarte técnicas específicas para realizar actividades diarias de manera más eficiente ejerciendo menos tensión en las rodillas.
  • Cambios en el estilo de vida: como mantener un peso saludable para reducir la carga de las rodillas o evitar actividades de alto impacto.
  • Uso de dispositivos de ayuda: ayudarse de bastones o muletas para reducir la presión sobre la rodilla.
  • Inyecciones intraarticulares: las inyecciones de corticosteroides o de ácido hialurónico también pueden ayudar en la patología.
  • Suplementos: algunas personas consideran que la toma de suplementos como la glucosamina u otros, pueden ayudar a mejorar la salud del cartílago.
  • Cirugía: en casos graves, cuando otros tratamientos no son efectivos, la cirugía puede ser una opción. Las opciones quirúrgicas incluyen la osteotomía, la artroplastia y la artroscopia de rodilla.
  • Terapia regenerativa: algunos procedimientos, como la inyección de plasma rico en plaquetas (PRP) o la terapia con células madre, se están investigando como posibles tratamientos para estimular la regeneración del cartílago.

 

Es importante recordar que el tratamiento de la artrosis de rodilla debe ser individualizado, y que un enfoque multidisciplinario que combine varios de estos métodos puede ser más efectivo para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.

Además, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son fundamentales para prevenir la progresión de la artrosis y limitar el daño articular. Si experimentas síntomas de artrosis de rodilla, puedes contactar con nuestro equipo para recibir orientación y planificar un enfoque de tratamiento adecuado.