Contusión muscular: qué es y cómo se trata
La contusión muscular es una de las lesiones más habituales que podemos sufrir en el ámbito deportivo, aunque también pueden aparecer tras una caída común, un golpe fortuito, o un accidente de tráfico. Si bien la mayoría son leves y se curan rápidamente, se pueden producir contusiones más severas que deben ser revisadas por un especialista.
A continuación, te explicamos qué es una contusión muscular, cómo se tratan y qué zonas son más propensas a sufrirlas.
CONTUSIÓN MUSCULAR: DEFINICIÓN
Una contusión muscular es una lesión causada por un golpe o impacto directo sobre un músculo, que provoca la rotura de vasos sanguíneos del tejido muscular. Una contusión por golpe ocasiona, además, la acumulación de sangre y la aparición de un hematoma en el área afectada. La gravedad de la lesión puede depender tanto de la fuerza con la que se recibe el golpe, como de la ubicación.
Los síntomas más habituales de este tipo de lesión incluyen inflamación, dolor, hinchazón, entumecimiento y sensibilidad al tacto, entre otros.
TIPOS DE CONTUSIÓN
Podemos diferenciar cuatro tipos de contusiones musculares según la gravedad de la lesión: simple, de primer grado, de segundo grado y de tercer grado. A continuación, ampliamos la información de cada una de ellas.
CONTUSIÓN SIMPLE
De los cuatro tipos, las contusiones simples son las lesiones menos severas que podemos sufrir. Producen un leve enrojecimiento en la piel y daños poco significativos. Aunque se puede sentir un dolor leve e inmediato, el hematoma se cura en unos pocos días. Una contusión muscular en el muslo, por ejemplo, puede ser simple cuando recibimos un impacto ligero y accidental jugando al fútbol.
Aunque en principio este tipo de contusión no necesita tratamiento, en caso de que la piel esté muy enrojecida se puede aplicar frío para suavizar el impacto.
CONTUSIÓN DE PRIMER GRADO
En este caso, el enrojecimiento de la piel es más intenso en comparación con una contusión simple, debido a la rotura de vasos sanguíneos de mayor tamaño en la zona afectada. En este tipo de contusiones, la lesión desaparece al cabo de cuatro o cinco días.
Cuando un corredor se golpea la pierna contra un objeto durante una carrera, se puede producir una contusión en el cuádriceps de primer grado. El corredor experimentará algo de hinchazón y dolor, pero el daño no será significativo.
CONTUSIÓN DE SEGUNDO GRADO
En una contusión de segundo grado, además de un enrojecimiento más intenso de la piel, se puede presentar inflamación debido a la acumulación de líquido, lo cual genera la formación de un bulto duro (extravasación) junto a un hematoma, que provoca un dolor más intenso de la lesión. Suele reabsorberse, aunque este tipo de contusión tarda algo más de tiempo en desaparecer.
Una contusión muscular en el pecho, por ejemplo, puede ser de segundo grado cuando el golpe o impacto es lo suficientemente intenso para causar daño en las fibras musculares, pero no lo suficientemente grave como para provocar una rotura completa. Por la zona, los síntomas pueden incluir molestias y dificultad para respirar.
CONTUSIÓN DE TERCER GRADO
Las contusiones de tercer grado son comunes en los accidentes de tráfico. En estos casos, los vasos sanguíneos sufren daños profundos y pueden verse afectados órganos internos o huesos. La zona lesionada está fría, inflamada y también dura. Este tipo de contusiones, por su gravedad, suelen ocasionar también fracturas.
Un accidente de tráfico o un impacto fuerte durante la actividad física puede provocar, por ejemplo, una contusión muscular en la espalda de tercer grado. Teniendo en cuenta que en este tipo de lesiones pueden verse afectados órganos internos o huesos, es fundamental buscar atención médica para una evaluación adecuada.
CONTUSIÓN MUSCULAR: TRATAMIENTO
El tratamiento de las contusiones dependerá de la gravedad de estas. Las contusiones más leves, como las simples, las de primer y segundo grado, suelen requerir reposo y la aplicación de frío local para provocar la reducción del hematoma. Sin embargo, los casos más graves pueden necesitar intervenciones más concretas, debido al daño en órganos internos o huesos.
No obstante, existen algunas recomendaciones que pueden aplicarse a todo tipo de contusiones.
INMOVILIZAR Y ELEVAR
Inmovilizar y elevar la zona afectada evitará que la sangre se acumule. Además, aplicar frío local ayudará a cerrar los vasos sanguíneos y servirá como anestesia local, puesto que congelará las terminaciones nerviosas del dolor.
LOS HEMATOMAS: NI PINCHAR NI ABRIR
En ningún caso los hematomas deben pincharse o abrirse. Si no existe riesgo de fractura, es decir, si la contusión no es grave, el hematoma desaparecerá por sí solo en aproximadamente una semana, según el tamaño y la severidad de la lesión.
ANTIINFLAMATORIOS
En caso de sufrir dolor moderado o intenso, se puede optar por tomar algún tipo de antiinflamatorio, como paracetamol o ibuprofeno.
En cualquier caso, si el hematoma no desaparece, produce mucho dolor o se ha generado tras un golpe o impacto muy fuerte, la contusión debería ser valorada por un especialista, ya que puede ocultar lesiones internas más importantes de las que se ven a simple vista.
ZONAS DEL CUERPO MÁS PROPENSAS A SUFRIR CONTUSIONES MUSCULARES
Algunas partes del cuerpo son más propensas a padecer contusiones que otras. Los cuádriceps, por ejemplo, son áreas grandes y expuestas que suelen recibir golpes o impactos durante actividades deportivas. Algo similar ocurre con los deltoides, que pueden sufrir cuando se utilizan como soporte instintivo al caer. En el caso de los glúteos, aunque están más protegidos, también pueden sufrir contusiones durante caídas o golpes directos.
LOS CUÁDRICEPS
Como se ha mencionado, los cuádriceps son áreas grandes y expuestas que son especialmente propensas a sufrir contusiones musculares. Tanto durante caídas accidentales como en la práctica de deporte, los golpes en esta zona pueden provocar hinchazón y dolor significativo. Aplicar frío es fundamental para reducir la inflamación y el hematoma, ya que ayudará a acelerar el proceso de recuperación.
EL DELTOIDES
El deltoides, ubicado en el hombro, también es vulnerable a contusiones, especialmente en deportes de contacto o al caer. Esta zona puede recibir impactos directos que provoquen molestias y limitaciones para mover el brazo afectado. Si el dolor es intenso, es recomendable consultar a un médico para descartar lesiones más graves.
LOS GLÚTEOS
Los músculos de los glúteos pueden sufrir contusiones durante caídas o golpes directos. Estas lesiones pueden generar dolor y malestar al sentarse o moverse. Para tratar una contusión en esta zona, se recomienda aplicar frío para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
Comprender cómo tratar cada tipo de contusión y saber cuándo se debe buscar atención médica es clave para una recuperación rápida y segura. Con los cuidados adecuados, es posible minimizar los síntomas y retomar las actividades cotidianas en el menor tiempo posible.
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