Guía sobre fracturas de hombro: síntomas y tratamiento
En el blog de Artrocare ya te hemos hablado de algunas lesiones de hombro, como las tendinitis o luxaciones, que son las más comunes.
No obstante, en ocasiones un traumatismo fuerte puede desencadenar en fractura de hombro.
Y es que, como ya te explicamos en otras entradas, el hombro es nuestra articulación más móvil, y es su amplia movilidad la que hace que esta compleja articulación sea mucho más vulnerable a diversas lesiones.
En Artrocare nuestro objetivo es que superes cualquier tipo de lesión, incluyendo la fractura de hombro, por eso en este post compartimos contigo todo lo que debes saber acerca de este tipo de lesiones.
Recuerda que lo primero que debes hacer al sufrir una lesión es buscar atención médica para un diagnóstico adecuado.
FRACTURA DE HOMBRO, ¿QUÉ ES?
Este tipo de lesión involucra una rotura o fisura en cualquiera de los huesos que componen la articulación del hombro, y puede variar en gravedad dependiendo de si los fragmentos del hueso permanecen en su lugar (fracturas no desplazadas) o si están fuera de su alineación natural (fracturas desplazadas).
Pero… ¿cuáles son las causas de la fractura de hombro? Te decimos algunas:
- Fuertes traumatismos y caídas
- Accidentes en deportes de alto impacto como el rugby
- Accidentes automovilísticos
- Lesiones de entrenamiento con pesas
- Osteoporosis
Pero aunque conocer los factores de riesgo es importante para tener cuidado, comprender sus síntomas, qué tipos de fracturas existen y cuáles son sus posibles tratamientos es esencial para poder afrontar esta lesión de forma efectiva. ¡Sigue leyendo!
¿QUÉ TIPOS DE FRACTURA DE HOMBRO HAY?
Una fractura de hombro puede ser de diferentes clases dependiendo de la ubicación y la naturaleza de la lesión. Por eso podemos encontrar:
- Fractura del húmero proximal: se trata de la forma más común de fractura de hombro, teniendo lugar en la parte superior del hueso del brazo. En este caso puede involucrar tanto la cabeza del húmero como el cuello o el tubérculo mayor.
- Fractura de la clavícula: aunque técnicamente no se considera una fractura de hombro, se encuentra en esta articulación y es vulnerable a lesiones.
- Fractura de la escápula: es la menos común, ya que normalmente es el resultado de un trauma significativo. Puede afectar a la parte frontal, trasera o superior.
- Fractura del glenoide: es producida cuando el cartílago de la cavidad glenoidea se fractura, el lugar donde se articula la cabeza del húmero, por lo que afecta gravemente a la función de la articulación.
SÍNTOMAS
Como ya sabes, las fracturas de hombro pueden variar en gravedad, y en consecuencia presentar diferentes síntomas. Los más comunes son:
- Dolor agudo: es el síntoma más común y el primero en aparecer. En el caso de las fracturas suele ser intenso y puede aumentar al tocar la zona o con el movimiento.
- Inflamación y hematomas: una fractura normalmente causa hinchazón y hematomas alrededor del hombro e incluso a lo largo de la parte superior del brazo debido al daño causado en los tejidos circundantes.
- Deformidad: el cambio en la forma del hombro puede aparecer en los casos graves, en los que se genera una deformidad visible a causa de la fractura desplazada.
- Dificultad de movimiento: la movilidad en el caso de las fracturas se reduce bastante más que con otro tipo de lesiones, cabiendo la posibilidad de que esta se anule por completo durante las peores etapas de la lesión.
- Sensibilidad extrema: en ocasiones la zona afectada puede volverse muy sensible al tacto.
- Crepitación: algunos pacientes experimentan una especie de sonido crujiente o de frotamiento en el interior del hombro al moverlo.
Sin embargo, recuerda que se trata de una lesión seria y que para poder realizar un diagnóstico acertado es imprescindible buscar atención médica inmediata. De esta forma se podrá combinar la historia clínica con un examen físico, sumando en ocasiones algunas pruebas diagnósticas.
Con dicho diagnóstico nuestros expertos buscarán el tratamiento que más se adecue a tus circunstancias con el objetivo de conseguir una recuperación exitosa.
¿CÓMO CURAR UNA FRACTURA DE HOMBRO?
Una lesión de hombro de este tipo puede empeorar su gravedad e incluso convertirse en irreparable y acabar limitando tu vida diaria si no se trata a tiempo.
En Artrocare nos aseguramos de mantener tus hombros en el mejor estado posible, y para ello encontrar un diagnóstico y un tratamiento adecuado es esencial.
¿Cómo se pueden diagnosticar este tipo de lesiones?
Los métodos de diagnóstico ayudan a determinar la ubicación, el tipo y la gravedad de la fractura, por lo que existen diversos métodos:
- Exploración clínica: lo primero, independientemente de las pruebas por imagen, es la exploración física detallada por parte de un profesional, en la que se evaluará la movilidad de la articulación y se buscarán signos de deformidad, dolor y sensibilidad.
- Radiografías: es el método más común. Se toman desde diferentes ángulos para evaluar los huesos en caso de una posible fractura o desplazamiento. Si se trata de una lesión que solo es evidente en ciertos movimientos, se pueden realizar radiografías dinámicas.
- Tomografía Computarizada: en ocasiones, sobre todo cuando la fractura es compleja, se usa esta técnica que proporciona imágenes en detalle de cortes transversales.
- Resonancia Magnética: este método se usa en caso de que se sospeche que la lesión se prolonga a los tejidos blandos, como los tendones, ligamentos o cartílagos. También se puede usar el ultrasonido, que proporciona imágenes en tiempo real.
Como es evidente, el tratamiento en el caso de una fractura de hombro puede variar mucho por diversos factores. En cualquier caso el objetivo es reducir el dolor y restaurar la movilidad, previniendo además futuras lesiones.
Los tratamientos suelen incluir:
- Inmovilización: en ocasiones, especialmente cuando la fractura no es desplazada, se puede inmovilizar el brazo con un cabestrillo o una férula para mantener el hombro en su sitio y así permitir que la fractura sane correctamente.
- Reducción: en el caso de las fracturas desplazadas o inestables, un médico puede realizar una reducción, lo cual implica volver a alinear los fragmentos de hueso fracturado.
- Cirugía: en los casos más graves, es decir, en las fracturas desplazadas, puede ser necesario realizar una operación. Ello puede implicar la inserción de placas u otros elementos que permitan estabilizar la fractura.
- Fisioterapia: una vez la fractura de hombro comienza a sanar, el papel crucial en la recuperación pasa a la fisioterapia. Y es que es esencial realizar ejercicios de rango de movimiento y fortalecimiento para poder restaurar lo máximo posible la función de la articulación.
¿Y qué ejercicios se pueden hacer en el caso de una fractura de hombro? ¡Te lo contamos!
EJERCICIOS
No importa el tipo de lesión que sufras, los ejercicios específicos ayudan a mejorar la movilidad y la fuerza de las articulaciones afectadas. Por eso tu rutina en las sesiones incluirán:
- Movimiento pasivo: en estos ejercicios el terapeuta ayuda a mover suavemente el brazo fracturado a través de su rango de movimiento con el objetivo de prevenir la rigidez.
- Ejercicios de estiramiento: los estiramientos suaves ayudan a mejorar la flexibilidad de la articulación y prevenir las contracturas.
- Fortalecimiento: cuando la fractura de hombro ya ha sanado lo suficiente, se pueden agregar al tratamiento ejercicios como elevaciones laterales con pesas ligeras.
- Ejercicios de rotación: este tipo de ejercicios ayudan a recuperar la rotación del hombro y pueden hacerse con ayuda de una banda de resistencia.
- Ejercicios de equilibrio: para la prevención de lesiones en el futuro, además de sus beneficios para volver a la funcionalidad normal del hombro, los ejercicios de equilibrio son fundamentales.
No olvides que en nuestro centro de traumatología deportiva Artrocare contamos con profesionales que encontrarán el tratamiento adecuado para ti, personalizándolo en función de la gravedad y las circunstancias en torno a tu lesión.
¿CUÁNTO TARDA EN RECUPERARSE UNA FRACTURA DE HOMBRO?
Esta es una de las preguntas más frecuentes por parte de los pacientes, ansiosos por volver a la normalidad. Lo cierto es que el tiempo de recuperación puede variar por muchos factores:
- Gravedad de la lesión
- Edad del paciente
- Nivel de actividad
- Efectividad del tratamiento
Dentro de la recuperación contamos con dos fases: la inicial y la de fisioterapia. Durante la fase inicial el tratamiento se centra en la inmovilización y la reducción de la inflamación, ya que es la que permite que los huesos vuelvan a soldar. Esto puede durar varias semanas.
Mientras, la fisioterapia, donde nos enfocamos en recuperar la movilidad y la fuerza, puede extenderse a lo largo de varios meses.
Por lo general, la mayoría de pacientes cuentan con un periodo de recuperación comprendido entre los 3 y 6 meses. Por eso es muy importante realizar un seguimiento de forma periódica con un profesional para garantizar que la recuperación se está llevando a cabo correctamente.
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