Hernia Discal: Guía completa de síntomas, causas y tratamientos efectivos

La hernia discal es una de las causas más frecuentes de dolor lumbar y cervical. Estudios clínicos amplios han demostrado que hasta un 80% de la población sufrirá dolor lumbar en algún momento de su vida, y una parte significativa de estos casos estará relacionada con un disco que protruye o comprime una raíz nerviosa. Comprender qué la provoca, cómo se diagnostica y qué tratamientos funcionan realmente es fundamental para recuperarse y evitar recaídas.

 

¿Qué es una hernia discal?

Un disco intervertebral sano actúa como amortiguador entre las vértebras. Con el tiempo, o por sobrecargas, la parte interna del disco puede desplazarse hacia fuera a través de una fisura del anillo fibroso. Cuando ese material discal presiona o inflama una raíz nerviosa, aparece la hernia discal.

Las dos localizaciones más típicas son:

  • Hernia discal lumbar, que suele generar dolor lumbar y ciática.
  • Hernia discal cervical, más asociada a dolor de cuello y brazo.

Las guías clínicas internacionales destacan que no todas las hernias generan síntomas: muchas hernias se descubren en resonancias realizadas por otros motivos. Lo que marca la diferencia es la correlación entre imagen y clínica, y sobre todo si hay compresión radicular.

 

Síntomas clave de hernia discal: cómo reconocerla

Los síntomas de hernia discal dependen del nivel afectado, pero existen patrones clínicos que se repiten y que están muy bien documentados en guidelines como NASS o NICE.

Dolor localizado

Es el síntoma inicial más habitual. Suele manifestarse como:

  • Dolor lumbar o cervical que empeora con flexión, bipedestación prolongada o tos.
  • Sensación de rigidez, bloqueo o incapacidad para inclinar la columna.

La inflamación del disco, aunque no haya compresión nerviosa, puede generar dolor considerable.

Irradiación (Ciática / Brazos)

Cuando la hernia toca o irrita una raíz nerviosa, el dolor sigue un recorrido muy característico:

  • En la zona lumbar: ciática, que baja por glúteo, muslo y pierna.
    Este patrón está tan descrito que permite identificar el nivel del problema (L4, L5, S1…).
  • En la región cervical: irradiación hacia hombro, brazo, antebrazo y dedos, acompañada a veces de hormigueos o calambres.

Los ensayos clínicos han demostrado que la presencia de irradiación es uno de los mejores predictores de una hernia discal sintomática.

Señales de alarma

Hay síntomas que requieren valoración médica urgente:

  • Pérdida súbita o progresiva de fuerza.
  • Dificultad para caminar o arrastrar el pie (foot drop).
  • Alteración del control de esfínteres.
  • Anestesia en región perineal.

Estos signos apuntan a compresiones severas y pueden requerir cirugía inmediata.

 

Causas y factores de riesgo en hernias discales

La investigación científica muestra que las hernias discales no se deben a una sola causa, sino a una combinación de factores.

Degeneración natural del disco

A partir de los 30–40 años, los discos pierden hidratación y elasticidad. Esto hace que se fisuren con más facilidad. La degeneración discal es un proceso normal, aunque en algunas personas evoluciona más rápido.

Sobrecarga mecánica y gestos repetitivos

Trabajos con carga de peso, movimientos repetitivos, vibraciones (como conducir maquinaria pesada) y falta de técnica aumentan el riesgo de herniación.
Los estudios biomecánicos demuestran que la flexión combinada con rotación es el movimiento más lesivo para el disco.

Factores individuales

Entre los más relacionados con la aparición de una hernia discal destacan:

  • Sedentarismo o, al contrario, sobreuso sin preparación muscular.
  • Obesidad (aumenta la carga axial).
  • Tabaquismo (reduce la oxigenación del disco).
  • Predisposición genética: algunos estudios han identificado variantes hereditarias relacionadas con degeneración precoz.

 

Diagnóstico de hernia discal: ¿cómo se confirma?

El diagnóstico de hernia discal combina la exploración clínica con pruebas de imagen.

Evaluación clínica

Las guías NASS y AANS coinciden en que una buena exploración puede orientar el diagnóstico con alta precisión:

  • Valoración de la fuerza muscular por grupos.
  • Evaluación de sensibilidad y reflejos.
  • Pruebas de estiramiento del nervio (como el test de elevación de pierna recta, muy útil en ciática).

La distribución del dolor y los déficits neurológicos permiten identificar qué raíz está afectada, incluso antes de ver la resonancia.

Pruebas de imagen esenciales

La resonancia magnética (RM) es la prueba de elección. Permite ver:

  • Tipo de hernia (protrusión, extrusión, secuestro).
  • Nivel exacto afectado.
  • Grado de compresión del nervio.
  • Estado de los discos vecinos.

Es importante destacar que los estudios muestran un hallazgo clave: muchas personas sin dolor tienen hernias en la RM.
Por eso, la imagen siempre debe interpretarse junto a los síntomas.

El TAC y la radiografía pueden utilizarse en casos concretos, pero la RM sigue siendo el estándar.

 

Opciones de tratamiento para hernia discal

Según la evidencia científica, el 85–90% de las hernias discales se resuelven sin cirugía. El tratamiento debe ser progresivo y adaptado a la evolución del paciente.

Tratamientos conservadores

Reposo relativo y fármacos

El reposo absoluto no está recomendado. Los estudios demuestran que moverse dentro del rango de tolerancia reduce la rigidez y acelera la recuperación.
Los antiinflamatorios, analgésicos y relajantes musculares pueden ayudar en fases de dolor agudo.

Fisioterapia y rehabilitación

La evidencia es clara: el ejercicio terapéutico es una de las intervenciones más efectivas a medio plazo.
La fisioterapia suele centrarse en:

  • Movilidad controlada.
  • Reducción de la inflamación.
  • Fortalecimiento del core.
  • Educación postural.

La prevención de recaídas depende en gran parte del fortalecimiento y la reeducación del movimiento.

Infiltraciones y bloqueos

Cuando el dolor radicular es intenso, las infiltraciones epidurales o perirradiculares pueden reducir la inflamación del nervio y mejorar la función.
Las guías NICE destacan que son útiles especialmente si hay un componente inflamatorio significativo.

Tratamientos quirúrgicos para casos graves

La cirugía se considera cuando:

  • La debilidad progresa.
  • El dolor es incapacitante pese al tratamiento conservador.
  • Hay signos de alarma neurológica.
  • La calidad de vida está gravemente afectada.

Los ensayos comparativos (como SPORT o NEJM) muestran que la cirugía ofrece alivio más rápido, aunque a largo plazo muchos pacientes operados y no operados terminan con resultados similares.

Microdiscectomía

Es la técnica más utilizada y está muy bien estudiada. Es mínimamente invasiva y consiste en retirar el fragmento discal que comprime la raíz nerviosa.
Tiene altas tasas de éxito, especialmente cuando el síntoma predominante es la ciática.

 

Prevención: consejos para cuidar tu columna

Las recomendaciones de prevención con mayor respaldo científico incluyen:

Higiene postural

Evitar flexiones bruscas, levantar peso desde la cadera y mantener la musculatura estabilizadora activa reduce la presión sobre el disco.

Ejercicio regular y fortalecimiento del core

El ejercicio estructurado disminuye el riesgo de recaída y mejora la calidad de vida a largo plazo.

Programas con trabajo de core, movilidad y resistencia han demostrado ser especialmente efectivos.

Mantenimiento del peso saludable

Reducir la carga sobre la columna disminuye el estrés discal y mejora la evolución clínica.

 

La hernia discal es una patología frecuente, pero altamente tratable. Los estudios muestran que la mayoría de pacientes mejoran con tratamiento conservador, y solo una minoría requiere cirugía. Reconocer los síntomas, recibir un diagnóstico preciso y seguir una estrategia terapéutica basada en evidencia permite recuperar la movilidad y reducir el dolor de forma significativa.

Cuidar la columna a través de una buena higiene postural, ejercicio y prevención es la mejor herramienta para mantener una vida activa y evitar futuras recaídas.

 

En Artrocare reforzamos nuestro compromiso con la detección temprana y el tratamiento adecuado de estas situaciones. Nuestro equipo médico aplica las técnicas más actuales para asegurar una recuperación segura y eficaz.

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