HOMBRO DE TENISTA: QUÉ ES, CAUSAS, SÍNTOMAS, TRATAMIENTO Y CONSEJOS PREVENTIVOS
¿Conocías el término hombro de tenista? Hace referencia a lesiones del manguito rotatorio del hombro.
El manguito rotador forma parte de la articulación del hombro, y se encarga de mantenerlo estable al mover el brazo.
A pesar de su nombre, esta condición no solo afecta a tenistas; también son grupos vulnerables personas mayores de 40 años, atletas y trabajadores que manipulan objetos pesados.
Hoy te contaremos todo sobre el hombro de tenista, qué es, sus causas y síntomas, así como formas de tratarlo y consejos preventivos.
¡Sigue leyendo para informarte!
¿QUÉ ES EL HOMBRO DE TENISTA?
Como se ha comentado anteriormente, el hombro de tenista hace referencia a las lesiones del manguito rotatorio del hombro.
Un sobreesfuerzo o mal movimiento de los tenistas puede causar una tendinitis del manguito de los rotadores. Se trata de una irritación de los tendones e inflamación de la bursa (una capa normalmente lisa) que los recubre.
Un desgarro en el manguito de los rotadores ocurre cuando uno de los tendones se desprende del hueso, a raíz de una sobrecarga o lesión.
Para entender bien qué implica este tipo de lesión, es importante conocer la estructura del hombro:
SÍNTOMAS DE LESIONES EN EL HOMBRO DE TENISTA
La sintomatología más común al experimentar «hombro de tenista» abarca una serie de manifestaciones que, si bien pueden variar en intensidad de una persona a otra, tienden a seguir un patrón característico.
Entre los signos y síntomas más recurrentes asociados a esta condición, se encuentran:
– Hinchazón y sensibilidad en la parte frontal del hombro, son señales iniciales que no deben pasarse por alto.
– Dolor extendido en la parte frontal del hombro hasta el lado del brazo es característico de esta lesión, especialmente durante actividades como alcanzar, lanzar, levantar o bajar el brazo.
– Rigidez o reducción de la movilidad relacionada con el levantamiento o descenso del brazo.
– Dolor persistente leve durante la actividad y el reposo; puede aumentar en intensidad con el tiempo.
– Reducción de la fuerza, el movimiento o la capacidad para realizar tareas de precisión; estos síntomas indican que el daño en tu hombro puede estar avanzado.
La capacidad de reconocer estos síntomas es esencial para la detección temprana y la recuperación de la movilidad del hombro. La atención oportuna a estos síntomas puede marcar la diferencia en la restauración completa de la movilidad del hombro y prevenir complicaciones a largo plazo.
TRATAMIENTO
El tratamiento específico recomendado dependerá de la naturaleza particular de cada lesión en el hombro. Si has sufrido un traumatismo en el hombro, es crucial buscar atención médica para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Existen diversos tipos de tratamientos disponibles, entre los cuales se encuentran:
– Medicación: prescribe el uso de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos con el objetivo de abordar los síntomas manifestados. Estos fármacos se orientan hacia la mitigación de la inflamación y el alivio del dolor asociado a la lesión en el hombro.
– Cincha de epicondilitis: es una cinta que se coloca aproximadamente dos centímetros por debajo del codo, en la zona donde se encuentra el tendón del músculo. Esta puede reducir la tensión sobre el tendón y ayudar en su regeneración.
– Fisioterapia: puede ayudar a fortalecer el hombro y mejorar la movilidad. Muchas personas han tenido éxito con la fisioterapia para tratar la tendinitis del manguito de los rotadores y el síndrome de pinzamiento del hombro.
– Cirugía: en casos específicos y debidamente justificados, la intervención quirúrgica podría ser considerada como una medida necesaria para la reparación de la lesión en el hombro. Este enfoque se reserva para situaciones donde otras modalidades de tratamiento no han logrado proporcionar una mejoría significativa.
CONSEJOS PREVENTIVOS
Puedes reducir el riesgo de lesiones de varias maneras. Aquí te presentamos una serie de consejos preventivos que te ayudarán a reducir el riesgo de lesiones:
En caso de ser deportista:
– Entrenar físicamente los grupos musculares del hombro, para mejorar la capacidad de trabajo.
– Corrigiendo la técnica de juego con un entrenador.
– Disminuir la rigidez de la raqueta, bajando los kilos de tensión de las cuerdas.
– Favorecer el revés a dos manos, esto distribuye la energía del golpe en ambos brazos, versus el revés a una mano, donde toda la energía involucrada se carga en un solo hombro.
– Descansar entre sesiones, permite que todos los tejidos involucrados se recuperen y regeneren entre sesiones.
– Ajustar el volumen e intensidad del entrenamiento
– Asegurándose de realizar un calentamiento adecuado.
En casos generales:
– Fortalecimiento de hombro: hacer ejercicios de fortalecimiento de hombro regularmente puede ayudar a prevenir lesiones.
– Trabaja en la flexibilidad
– Evitar movimientos bruscos: es especialmente importante al levantar objetos pesados o al realizar actividades físicas intensas.
– Mantén una postura correcta: Mantén una buena postura corporal en todo momento, ya sea al estar de pie, sentado o realizando actividades físicas. La mala postura puede contribuir a la tensión en los músculos del hombro.
– Variar las actividades: evita la repetición excesiva de movimientos. Introduce variedad en tus actividades físicas para evitar la sobrecarga de los mismos músculos y tendones.
– Consulta médica ante síntomas: si experimentas dolor persistente, incomodidad o molestias en los hombros, busca atención médica para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
ATENCIÓN PERSONALIZADA PARA LESIONES DE HOMBRO EN BILBAO
Generalmente el hombro de tenista es una lesión común dependiendo de su grado de gravedad , pero el diagnóstico y tratamiento adecuados son esenciales para que la recuperación sea completa.
La mayoría de las situaciones, enfrentarse a este tipo de lesiones requiere paciencia y adherencia al plan de tratamiento, dado que el proceso de curación del tendón puede extenderse de 6 a 12 meses. En ciertos escenarios, la persistencia del dolor puede prolongarse hasta 2 años o incluso más, dependiendo de la gravedad de las lesiones.
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