Técnicas de rehabilitación en medicina deportiva

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El deporte, en cualquiera de sus formas, es una de las actividades que más se practica en el mundo. Miles de personas eligen el fútbol, el baloncesto, el rugby, el ciclismo o la natación como un estilo de vida, además de ser uno de los mejores medios para ejercitarse y preservar la salud. Sin embargo, en muchas ocasiones, se presentan lesiones que requieren ser tratadas, por ejemplo, a través de las técnicas de rehabilitación en medicina deportiva. 

 

¿Qué son y cuáles son los objetivos de las técnicas de rehabilitación en medicina deportiva?

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Estas técnicas, también conocidas por ser la especialidad de la fisioterapia, pretenden tratar y prevenir, mediante ejercicios, movimientos y tratamientos, las inconveniencias físicas que se pueden presentar cuando se está practicando cualquier deporte. 

Por otro lado, es importante señalar algunos de los objetivos más importantes de la rehabilitación en medicina deportiva: 

  1. Restablecer el control neuromuscular y del grado de movilidad.
  2. Mejorar la flexibilidad.
  3. Recuperar la fuerza, la resistencia y potencia muscular.
  4. Recuperar la estabilidad y el equilibrio ortostático.
  5. Disminuir las secuelas del trauma.
  6. Mantener la forma física cardiorrespiratoria durante la rehabilitación.

 

¿Cuáles son las lesiones más comunes?

Sabemos que puedes estar preguntándote a qué nos referimos con una lesión, qué tan normal es, o incluso si alguna vez has pasado por alguna de ellas. Así que, aquí te contamos cuáles son las más frecuentes:

  • Contractura muscular.
  • Sobrecargas.
  • Contusiones.
  • Elongaciones.
  • Distensiones y roturas de fibras.
  • Tendinopatía y otras enfermedades del tendón.
  • Esguince y distensión de ligamentos.

 

¿Cuáles son las principales técnicas de rehabilitación en medicina deportiva?

Existen diferentes técnicas indicadas para cada necesidad o según la lesión que se quiera tratar. También, se tienen en cuenta datos como la biomecánica de cada paciente para detectar las limitaciones del mismo y diseñar un plan a su medida. 

Las principales técnicas de rehabilitación en medicina deportiva son:

Electroterapia

Se trata de una terapia que va directamente a las células y el líquido intersticial, lo cual permite que los tejidos se restauren con mayor facilidad y en un menor tiempo, es decir, se aceleran los cambios, la regeneración de las heridas y la recuperación tras un esfuerzo en la actividad física. 

Esta es común en la recuperación de la osteoporosis, la hernia discal, úlceras, asma, gota o una fractura. El no uso de ella haría que se retrase considerablemente la mejora del estado de salud de el/la paciente. Incluso, es utilizada antes y después de intervenciones quirúrgicas gracias a su versatilidad. 

Ultrasonoterapia

Esta técnica ayuda positivamente a la vascularización de los tejidos profundos. Se pone en práctica para la tendinitis, miositis, desgarros meniscales, entre otros, con unas vibraciones sonoras superiores a los 20.000 Hz.

Electroacupuntura

Esta es una de las técnicas menos invasivas para el cuerpo. Emplean agujas con el propósito de transmitir los efectos terapéuticos del estímulo eléctrico a estructuras más profundas.

Vendaje funcional

Se busca limitar la movilidad del tejido lesionado sin afectar la funcionalidad, además de evitar cualquier inconveniente derivado de una inmovilización estricta. Un ejemplo de ello es el caso de las roturas fibrilares y lesiones capsulo ligamentosas, en las que el vendaje limita el alargamiento de la parte afectada, acercando los dos polos de la lesión para tener una menor cicatriz, un tejido cicatricial cuidado y una reducción en la recuperación.

Ahora, en las tendinosas, comprendidas por la tendinitis y la entesitis, lo que quiere el vendaje es disminuir la solicitación del tejido lesionado. Para esto, se hacen una serie de anclajes que tendrá la zona en un estado de relajación. A su vez,  se unen con los dispositivos de inmovilización para sumar los efectos de ambas técnicas y lograr resultados significativos. 

Esto se recomienda para las seis horas siguientes a la lesión y el tiempo de permanencia será según el deterioro. 

Ondas de choque

Son una herramienta que ayuda a estimular la producción de colágeno, deshacer bandas tensas, liberar puntos gatillo y reducir considerablemente la inflamación. Es ideal para la tendinitis aquílea, la fascitis plantar o el codo tenista.

Drenaje linfático

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Se trata de la activación de la circulación linfática a través de masajes que siguen el camino de la red de vasos, estimulando la actividad circulatoria y depurativa. Gracias a este tratamiento se mejoran las funciones del sistema inmune. 

Crioterapia

Es un método que comprende dos tipos de técnicas: masaje con hielo, normalmente usado después de competiciones, y los baños de inmersión, los cuales consisten en la aplicación de frío intenso en la piel. Su objetivo es congelar y destruir el tejido enfermo.

Es ideal para patologías como: tumores en la piel, lunares precancerosos, nódulos, papilomas, pecas poco estéticas, cáncer infantil de la retina y otros como el del hígado y la próstata.

Ahora bien, esta terapia no debe superar los 10 minutos. Además, es importante tener en cuenta los siguientes puntos:

  1. Disminuirá el metabolismo de las células, controlando así la formación masiva del edema.
  2. El hielo es analgésico.
  3. El hielo actúa también como antiespasmódico.

Termoterapia

Al contrario de la crioterapia, esta funciona con el calor. Es común para tratar lesiones inflamatorias de la piel, por lo cual debe estar a una temperatura alta. El resultado es un efecto relajante y terapéutico.

Este procedimiento se da por medio de 3 pasos: 

  1. Efecto vasodilatador: la termoterapia aumenta el flujo de sangre en la zona sobre la que se aplica, produciendo un efecto analgésico.
  2. Disminución de la presión arterial: el calor que se aplica reduce la presión sanguínea y tiene efectos sobre el corazón.
  3. Efecto sedante: aplicar calor durante un largo rato tiene un efecto sedante y favorece la relajación muscular. Además, alivia la sensación de fatiga.

Sin embargo, no favorece a quienes padecen cardiopatías, apendicitis o medicamentos anticoagulantes. 

 

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